photo large_zpsf65e2477.gif

viernes, 25 de enero de 2013

Hombre de mal


Dentro de una estancia se encontraba un grupo selecto de personas, la mayoría estaba reunida en pequeños grupos.

Los que estaban cerca de la barra del bar veían muy animados las carreras de caballos en sus ¡pads y hacían apuestas entre sí. Un grupo de mujeres “tomaba” el té en una de las mesas que se encontraban en el centro del lugar, no paraban de twittearse entre ellas mediante el celular, tan entretenidas estaban que nunca se percataron que el té tenía tiempo de haberse enfriado.

Los que estaban sentados en los sillones cerca de las mesas, checaban facebook en sus laptops, comentaban sus estados, sin percatarse de lo que sucedía a su alrededor, y los hombres que se encontraban cerca de la chimenea se comunicaban entre sí vía whatsapp sin necesidad de cruzar palabras personalmente.

De repente una de las mujeres, dejo de mover rápidamente sus dedos y alzo su mirada apartándola del celular, su rostro mostraba indignación, las otras mujeres la imitaron con cierta duda, tomo la pequeña campana que se encontraba cerca de las galletas y la toco repetidas veces hasta que el mesero llegara hasta ella:
- ¿Si madame, en que puedo ayudarla?-, pregunto el mesero mientras hacia una pequeña reverencia.
- ¿Podría decirle al hombre que se encuentra cerca la ventana que deje de hacer tanto ruido, que me molesta?
- La verdad si es muy molesto el ruido que hace-, exclamo otra de las mujeres
- A mí me parece una total falta de respeto ¿Cómo permiten que esa clase de personas entren a estos lugares?-, dijo otra mujer

El mesero abandono al grupo de mujeres y se dirigió hacia el hombre que estaba cerca de la ventana:
- Buenas tardes caballero le pido de favor que deje de estar haciendo eso, está molestando a las damas de la mesa del centro.

El hombre volteo a ver al grupo de mujeres, estas lo miraban con desprecio y asco.
- No comprendo, no estoy haciendo nada malo-, respondió el hombre confundido
- Está pensando y eso está prohibido en este lugar, le agradecería que tomara sus cosas y se retirara de aquí.

Todas las miradas estaban puestas en el hombre, se comenzaron a escuchar murmullos:
- Qué asco
- No entiendo porque aun existe gente así
- Que neandertal , seguir usando eso

El hombre tomo el separador de la mesita de café y lo coloco entre las hojas que leía de su libro, después lo guardo en su mariconera y se dispuso a retirarse, mientras caminaba hacia la salida, el hombre pudo sentir el desprecio de toda esa gente y con la cabeza cabizbaja y una inmensa tristeza se retiro del lugar. 





1 comentario:

  1. NOOOOOOOOOOOOOO!!! Te odio por hacerme leer cosas tristes, pobrecito el señor D: malditos asquerosos!!! Pero muy reflexiva tu historia, como van la cosas vamos a terminar asi D: Seria un verdadero asco, si admito que amo el internet y todo pero me imagino vivir asi, sin cruzar palabra con la gente de mi alrededor solo comunicandonos por las redes sociales... que tristeza u.u

    ResponderEliminar

inserte aquí sus palabras