photo large_zpsf65e2477.gif

domingo, 24 de noviembre de 2013

Dejando de existir

Siempre fui una persona muy sociable, sabia encajar en cualquier grupo social, mantener una conversación sobre cualquier tema, todos querían  estar a mi lado y saber mi opinión sobre cualquier asunto, me gustaba llamar la atención ser el centro de todo, hablaba y todos me escuchaban.

Un día mi voz comenzó apagarse, para que todos me oyeran tenía que gritar y aún así tenía problemas para ser escuchada, fui al doctor un simple resfriado pronto pasara, dijo, pero mis problemas seguían, los demás ya no me escuchaban y poco a poco dejaron de pedir mi opinión.
Días después al verme al espejo note que mi piel era más blanca “¡Qué bien las cremas empiezan a funcionar!” me dije, pero mi voz era cada vez inexistente, entonces todos a mi alrededor no sólo dejaron de escucharme sino que comenzaron a ignorarme, yo trataba de que notaran mi presencia, pero a los pocos minutos volvían a ignorarme.

Entonces mi cuerpo comenzó a perder fuerzas, levantar cualquier cosa era  una  tarea muy difícil, transportarme a cualquier lado era un martirio, volví a ir al doctor pero esta vez no me atendió.
Y en la escuela dejaron de nombrarme, si alguien de casualidad preguntaba por mi, los demás ponían cara de extrañeza, y en mi trabajo mi cubículo fue ocupado por alguien más, y al ir a pedir una explicación con el jefe volvía a ser ignorada.

En las noches lloraba, si esto era una broma, ya había ido demasiado lejos, porque todos me daban la espalda porque ya nadie me escuchaba porque se portaban como si yo no existiera.
Cuando me volví a mirar en el espejo mi piel era de color transparentoso, la ropa que usaba era opaca y mi cabello blanquecino, pero seguía siendo joven, no entendía que pasaba conmigo.
Como pude llegue a  casa de mis padres, toque con la poca fuerza que habitaba en mí, pero nadie me abrió dure horas y horas esperando a que alguien llegara, hasta que el cartero llego, se puso frente a mí y toco “No hay nadie, no esperes que te abran” dije pero mi voz parecía un susurro. El cartero ni se digno a verme, en seguida la puerta se abrió y mi madre salió, me pare a duras penas del escalón y entre a la casa antes que volviera a quedarme afuera.
Ya adentro cuando mi madre entro, reuní fuerzas y le grite “¿Por qué no me abriste?, tengo horas esperando afuera”, ella ni se inmuto, la seguí hasta la cocina “Tú también me ignoras” la poca voz que me quedaba se quebró y comencé a llorar “Tú no mamá, por lo que más quieras tú no, en la escuela en la oficina a cualquier lado que voy todos me tratan como si no existiera, dime que es una broma, y si así es, es muy cruel mamá, muy cruel”
Ella seguía cocinando, me puse frente a ella pero no lo noto, no podía con su desprecio y salí a la sala, mire las fotos que mi madre atesoraba y mostraba como trofeos en el librero, donde estaba sosteniendo un trofeo de ajedrez junto a una prima, las vacaciones en Acapulco donde estamos en el yate de mi padre, cuando fui a esquiar a Canadá en cada una de ellas había desaparecido, en la primer foto había sido sustituida  por mi prima, ahora era ella quien sostenía el trofeo, en la segunda foto solo estaban mis padres y en la tercera estaba mi madre con una amiga suya.
Mi cuerpo comenzó a temblar, mi corazón se oprimió tanto que por un momento pensé que iba a sufrir de un ataque, salí de la casa llorando, ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué ahora cuando mi vida no podía ser más perfecta? ¿Qué clase de juego macabro invento dios para hacerme sufrir?

Cuando llegue a mi departamento lo primero que vi fue la puerta abierta “Que bien lo que me faltaba que robaran mi casa” entre lo más rápido que puede, en efecto no había nada, fui a la sala, a la cocina al baño, nada, escuche voces en mi recamara corrí hasta allí, el encargado del edifico estaba con una joven pareja que veía entusiasmada mi recamara, “Como verán es perfecta para unos recién casados como ustedes”-, dijo el encargado “Mi amor es lo que siempre soñamos, no podemos perder la oportunidad”-, exclamo entusiasmada la chica, “si a ti te gusta entonces no la quedamos”-, dijo el chico mirando primero a su esposa y luego al casero, intente gritar decir que estaba presente, que aún vivía en el departamento que tan sólo dos semanas atrás había pagado tres meses adelantados, pero me sentía tan cansada sin fuerzas que los deje irse.
En mi habitación solo quedaba el viejo espejo que me había regalado la abuela, me puse frente a él, mi reflejo era débil, casi inexistente, mire mis manos, mi cuerpo cada parte de mi, todo estaba desapareciendo, me acosté en el piso y arrastrándome llegue al rincón del cuarto, me puse en posición fetal y cerré mis ojos esperando el momento en el que dejara de existir. 

sábado, 19 de octubre de 2013

Hasta la muerte (segunda parte)

Porque me tarde un año en escribir la segunda parte


Tras un largo viaje en camión, María por fin había llegado a su destino, el  pequeño pueblo que la vio nacer y donde paso la mayor parte de su infancia, la hacienda  "Las milpas" era tal y como la recordaba con la misma fachada color naranja, los rosales que tanto le gustaba olfatear por las noches, el pasillo por donde solía correr todas las mañanas para salir a jugar y sobre todo el inmenso jardín que tanto amaba. Perdida en sus pensamientos no pudo percatarse de que atrás de ella se encontraba alguien.

 - Señorita María-, dijo una voz masculina.
María dio un salto de susto y volteo enseguida
- Fulgencio me asustaste, no sentí tu presencia.
- Dispénseme señorita no fue mi intención asustarla-, exclamo el hombre que la miraba fijamente

María se sorprendió al ver a Fulgencio, era el mismo hombre que había conocido de pequeña, su complexión delgada, alto,a pesar de ser moreno se le notaba una extrema palidez, su cabello negro como la noche su abundante bigote, y sin una sola arruga o cana, era como si el tiempo no hubiera pasado en él, lo único que envejecía era su ropa, camisa de rayas azules, pantalones de mezclilla algo rotos y unas botas color caqui deterioradas, su mirada había perdido el brillo que alguna vez tuvo.
- Su padre me dijo que vendría pero sinceramente no le creí, tenía que venir a cerciorarme de ello, por mi mismo-, dijo.
- ¿Mi padre?-, pregunto María algo desconcertada.
- La señora Austece quise decir-, corrigió Fulgencio
- Ah-, exclamo María, -¿Cómo que tenias que venir para cerciorarte, acaso ya no trabajas más en la hacienda?
- No señorita ya tengo algunos años de no trabajar pero de vez en vez vengo a ver como están las cosas.
-  Pero ¿Por qué renunciaste Fulgencio, eras la mano derecha de mi padre, el tenia toda su confianza puesta en ti?
- Aún lo soy señorita, aún lo soy-, exclamo él.
Al final del pasillo se encontraba un niño observándola
- Fulgencio ¿quien es ese niño?-, pregunto apuntando hacia donde se encontraba el niño.
- Es el único nieto de Remigia, el pobrecito es mudo.
El niño al darse cuenta que María lo observaba corrió el interior de la hacienda desapareciendo de su vista.
- La Remigia no tarda en llegar, andaré muy seguido por aquí señorita, ordenes del patrón que me pidió cuidarla.
- ¿Mi padre? Pero si el ya tiene un año que murió Fulgencio.
- Lo sé señorita, lo se.

Un ruido atroz hizo que María saltara del susto, ella volteo hacia el pasillo, una maceta de las que colgaban habían caído.
- Sabía que tarde o temprano esa condenada maceta se caería, te dije Santos-, salió de una puerta Remigios mientras se limpiaba las manos con el delantal y regañaba al niño.
Volteo hacia la entrada y se dio cuenta que allí se encontraba María y, Fulgencio en la entrada.
- ¡Señorita María! ¿Por qué no aviso que hoy llegaba?-, grito la mujer.
María llego hasta la anciana y la abrazo con tanto cariño, después de unos segundos la soltó y dijo:
- Creí que Austece lo había hecho por eso no me moleste en llamar cuando llegue, aparte estaba platicando con-, en ese momento volteo y se dio cuenta que en la entrada sólo estaba su maleta.
- ¿Con quién señorita?
- Ya no está-, susurro –bueno no importa, ¿Y cómo andan las cosas por aquí?
- Bien señorita, todo sigue casi igual desde que se jue de aquí, pero no debemos quedarnos aquí de seguro el viaje la ha deber cansado re te arto ándele vamos a la cocina ahorita le preparo algo rico y sirve que descansa un poco ¡¡Santos!! Ve por las cosas de la señorita andile
El niño se le quedo viendo a Maria con una intensa mirada, y después se fue corriendo.
- Qué lindo es tu nieto Remigia , ¿Y Rosa?
Remigia bajo la mirada y se quedo en silencio durante unos segundos después exclamo:
Rosa se jue con un hombre pal otro lado
- Oh ya veo, y te dejó lo dejo encargado
- Si señorita pero algo me dice que esa condenada ya no va volver
¿Pero porque dices eso Remigia?
- ps no hemos sabido nada de ella en seis meses, ni una carta ni una llamada, nada de nada
- Tal vez no les llama porque esta trabajando muy duro, pero ya veras que no tardara en hacerlo
- Dios la oiga señorita, dios la oiga.

María quiso preguntar por ella, pero hubo algo en su interior que se lo impidío.
Después de comer algo y platicar un buen rato con Remigía, se retiro a la habitación que alguna vez le pertenecio  a sus padres, una nostalgia la invadio tantos recuerdos guardados en ese lugar, aún podía sentir la presencia de sus padres. El sueño la vendio y cayo rendida.

- Amigas hasta la muerte
- Hasta la muerte, hasta la muerte, hasta la muerte

María desperto exaltada y cubierta en sudor, Otra vez ese sueño, pensó. Busco en el closet de su madre si habia quedado algo de su ropa y en efecto toda estaba allí intacta tomo un vestido de flores y se lo puso, ya habia oscurecido sin embargo Remigia aún no prendia las luces de los pasillos, la ventana de la habitación tenía vista hacia el inmenso jardin de flores y mas allas se podían ver las milpas, era una vista hermosa, un frío viento abrió la ventana principal, María fue enseguida a cerrarla, pero cerca de la vieja fuente diviso algo, no podía creerlo, era ella.


domingo, 1 de septiembre de 2013

Si un día te vas de mi lado

Si un día te vas de mi lado, quiero que sepas
que siempre te voy amar,
que tu recuerdo se quedará grabado en mi ser.
Que tus ojos serán la luz que guíe mi camino, 
y tu voz la dulce melodía
que me arruye por las noches.

Y cuando tenga frío me acurrucare
en el recuerdo de tus cálidos abrazos,
y cuando me sienta sola escuchare
en mi mente tus dulces palabras.
y cuando tenga ganas de abrazarte,
te soñare por las noches.

Pero cuando tu ausencia
me carcoma el corazón,
sufriré como nunca, porque
ya no estarás a mi lado,
porque ya no olere tu perfume
y mis manos no volveran a tocarte.

Entonces los recuerdos ya no
serán suficientes y te extrañare,
porque extrañarte será la unica
forma de tenerte a mi lado.

Y si un día de te vas de mi lado
quiero que te lleves lo mejor de mi,
porque yo me quedare con todas
esas cosas maravillosas que te hicieron
la mejor persona del mundo,
quiero que te sientas orgullosa de mí, 
porque yo siempre lo estare de ti.

Y si un día te vas de mi lado
te extrañare como nunca,
porque extrañarte será la unica
forma de tenerte a mi lado.

jueves, 8 de agosto de 2013

La niña

A mi abuela porque en su casa pasan cosas raras


-No molestes a la niña no ves que es su hora de lectura
-siempre anda con ese libro pero nunca la he visto que lo lea
- yo en las noches es cuando la escucho leer
-no es cierto yo siempre que paso por ahí no oigo ningún ruido
-es que tienes que escuchar con calma
-pues a mi me da miedo pasar por ahí, siempre que paso me dan unos escalofríos
-como te va dar miedo es tan solo una niña
-pero nunca sonríe
-claro que si
-¿Como sabes si nunca la has visto?
-claro que la he visto
-una vez fue a mi cuarto mientras dormia, se me quedo viendo durante algunos minutos, yo pude sentir su presencia, senti mucho miedo
-¡Hay, por dios! como puedes tener miedo de una niña
-!Es que esa niña tiene algo muy raro¡
-Yo siempre la veo deambular por las noches de un lado a otro
-Porque estas acostumbrada, yo no puedo seguir así, este miedo me consume a cada instante
-¿Y que es lo que quieres que haga con ella?
-!Quiero que tires ese cuadro, por el amor de dios¡ tiralo muy lejos de aqui, si ella sigue aqui no lo voy a soportar más.

jueves, 25 de julio de 2013

Un cuento

-¿Y que hacemos para pasar el tiempo?-, pregunto el niño mientras arrancaba pedazos de pasto del suelo
-Juguemos hasta que nuestros sueños se cumplan-, respondio la princesa que lo observaba de pie
-¿Y si no se cumplen?
-Lo haran porque mi sueño es estar junto a ti-, exclamo la pequeña princesa
-Pero a ellos no les gustara que estemos juntos-, dijo el niño, mientras se sacudia las manos en su pantalon y se ponia de pie
-¿Y acaso a ti te importa lo que digan los demás?
-No pero a ti debería importarte
-¿Porque?-, pregunto la princesa mientras se acercaba mas a él
-Porque cuando crezca yo sere un don nadie, y tu en cambio seras una reina
-¿Y a ti quien te dijo que quiero ser una reina?
-Es tu destino como el mio es ser un simple sirviente que vive en las sombras
-Pues yo no quiero ese futuro para nosotros
-¿Y que propones para cambiar nuestro destino?
La pequeña princesa agacho el rostro en busca de una respuesta que nunca llego.
-No hay nada que hacer-, dijo el niño mientras veia a la princesa
-Entonces juguemos, juguemos hasta que nuestros sueños se cumplan-, respondio al fin la princesa
El niño extendio la mano y la pequeña princesa la tomo, ambos corrieron hacia el bosque y se perdieron entre los arboles.

sábado, 8 de junio de 2013

Regresar el tiempo

Para el amor perdido, que alguna vez existió en nuestras vidas y que aún ocupa un lugar en nuestros corazones

Voy a regresar el tiempo
en donde los sueños
no se desmoronaban tan facilmente
y nuestro amor era verdadero
y para "siempre".

Voy a regresar el tiempo
cuando tu sonrisa era pura y sincera
nuestras manos se entrelazaban
y corríamos por el sendero
buscando "ese lugar mágico".

Voy a soñar en los buenos momentos
de nuestra juventud
donde pensábamos que el mundo
estaba a nuestra merced
y que todo era posible
con tan sólo amarnos.

voy a soñar en ese lugar
donde tantas veces nos amamos
donde sólo podíamos escuchar
el eco de nuestras voces
gritando "te amo".

caminare por estas calles vacías
en las que solíamos caminar
repletas de gente yendo y viniendo
imaginandoles historias de amor
siempre con finales felices.

y finalmente llegare a "nuestro" café
me sentare en la misma mesa,
esa que tiene vista hacia el lago
pediré un café cargado de recuerdos
y te imaginare a mi lado
tomandome de la mano
mientras hablamos de un futuro 
que nunca existió.

Voy a regresar al presente
donde me pregunto
¿Que fue de nuestro amor?
de las promesas nocturnas,
de los "te amo" que siempre 
iban acompañados de un
tierno beso.

Voy a regresar a este momento
en el que me pregunto
¿Que hice mal?
¿En que te falle?
¿Porque te alejaste de mi?

Quiero reescribir esta historia
donde todo termine bien
donde estemos juntos
y dejes de ser un recuerdo 
y te conviertas en mi realidad.

Pero ya no volverás
por más que lo desee
seguirás siendo parte de este pasado
al que añoro volver.


miércoles, 27 de marzo de 2013

el cuarto prohibido

Para Oscar
gracias por contarme esa bonita anécdota
que  inspiro esta pequeña historia

De pequeña me encantaba pasar el tiempo en casa de mi abuela, por eso adoraba la semana santa, estar dos semanas completas en su casa junto a mis primos era lo mejor que en aquellos tiempos podía pasarme.

No tenia la menor idea de a donde se iban mis papas después de dejarme con la abuela y decirme “Pórtate bien, no hagas enojar a Tita, y sobre todo ya sabes que no puedes entrar al cuarto del fondo”. Después de eso, ellos cruzaban algunas palabras con Tita y se iban. Pero, bueno, creo que eso no es importante.

Siempre era la primera en llegar a la enorme y antigua casa que se ubicaba en alguna parte del centro de la ciudad, le había pertenecido a la bisabuela de Tita, luego a su madre y finalmente a ella. Tenía tres pisos, un jardín lleno de flores, arboles frutales y una fuentecita llena de moho. En la parte trasera se encontraba un enorme patio, en medio de este se ubicaba un viejo y gran árbol, que en las noches se volvía la cosa más tétrica, y al fondo del patio estaba un olvidado y sucio cuarto, Tita lo mantenía abierto la mayoría del tiempo excepto en semana santa.

Ustedes se preguntarán por qué. ¿Tal vez por las cosas de valor que mi abuela guardaba allí? Pues no, en ese descuidado cuarto sólo había una vieja y sucia cama, un espejo roto, un escritorio al que le faltaba una pata y era sostenido con libros, un inservible baño y un horrendo cuadro de unos niños sucios y tristes que observaban a través de una ventana el cortejo de semana santa. Ese cuadro causaba escalofríos a cualquiera que se le quedara viendo.

Tita siempre nos decía que no entráramos a ese cuarto después de la seis de la tarde. Tanto mis primos como yo quisimos entrar un par de veces, pero a la mera hora nos daba un miedo que corríamos dentro de la casa y no volvíamos a salir al patio hasta el día siguiente. Para semana santa Tita siempre cerraba ese cuarto con candado, yo le preguntaba por qué sólo lo cerraba esos días, ella me respondía “tas muy chiquita pa saberlo, cuando seas grande te lo digo”... y bueno, año tras años le preguntaba a Tita si ya era lo suficientemente grande para que me contara ese gran secreto, ella revolvía mi cabello, me otorgaba una linda sonrisa y me decía “aún no, sé paciente”

Los días santos, Tita nos levantaba muy temprano para ir a misa, a Lolita y a mi nos obligaba cubrirnos la cabeza con un rebozo, a mi me daba mucha vergüenza, que iba a pensar los demás de mi (siempre fui muy vergonzosa tengo que admitirlo) a Fer y a León los obligaba a usar corbatas, claro eso no era tan vergonzoso como los rebosos cubriéndonos el rostro a mi y a Lolita, saliendo de misa íbamos a comer unas gorditas muy ricas con una señora que siempre se ponía en la esquina de la iglesia y antes de volver a casa nos compraba nieve de elote, en las tardes le ayudábamos hacer papel picado, a mi me quedaban figuras muy extrañas cuando extendía el papel china, Fernando siempre se reía de mi.

Recuerdo que el viernes de dolores amaneció muy caluroso, Lolita se había enfermado de la panza por haber comido una florecitas azules que Tita tenia en una maceta de ranita en el jardín, y todo por haberle hecho caso a León que le había dicho que si se las comía los ojos se le iban a poner azules, total que ese día no pudimos acompañar a Tita al viacrucis en la mañana, ni a la velación en la iglesia en la tarde por cuidar a Lolita. Hacia mucho calor para estar adentro de la casa así que nos salimos al patio y nos recostamos bajo la sombra del árbol, como no podía ver las nubes pasar me dedique a encontrarle figuras a las hojas del árbol, estaba tan entretenida que no me di cuenta cuando León y Fer se quedaron dormidos, bueno miraba las hojas cuando el viejo reloj de la sala comenzó a sonar, las seis de la tarde, de repente empece a escuchar unas risas de niños, voltee a ver a mis primos estaban como muertos, las risas se seguían escuchando, mi Tita no tenia vecinos, me pareció muy extraño,



Lolita no podía haber sido pues se encontraba dormida en un cuarto del tercer piso, así que me dedique a buscar de donde provenían las risas, resulta que venían del cuarto prohibido. ¿Acaso mi Tita tenia otros nietos y los escondía allí, para que nunca los encontráramos, o cómo?

Nunca había escuchado unas risas tan alegres, en mi vida, y eso que Lolita se reía con ganas, me pare del pasto y con paso lento me dirigí al cuarto, las risas se escuchaban cada vez más cerca, había un pequeño hoyito en la puerta me agache para ver sobre el, cuando sentí que algo me jalo del brazo, había sido Tita “Pero como se te ocurre acercarte al cuarto pequeña, cuantas veces les he dicho que no pueden acercarse y mucho menos entrar” Fer y León se habían despertado y me miraban como si hubiera hecho la peor cosa en el mundo. “Tita, es que escuché unas risas de unos niños”. Ella no puso cara de sorprendida ni nada. “No, mija, tu no oyiste nada, fue tu imaginación”.


Desde ese día nos prohibió salir al patio y no se volvió hablar del tema. Cuando las vacaciones terminaron Tita le pidió a mis papas que las próximas vacaciones de semana santa me llevaran con ellos, muy pocas veces volví a visitar la casa de nuevo, al igual que mis primos que no se cansaron de culparme por el exilio que se habían ganado por mi culpa.

Años más tarde mi abuela murió. La encontró un tío sobre la vieja cama que se encontraba en el cuarto prohibido. Nunca supimos qué fue lo que realmente pasó.

Nadie volvió a la casa, las plantas crecieron sin control la fuente se cubrió completamente de moho, la fachada fue rayada de grafiti. En pocas palabras, la casa se convirtió en un total desastre.

Algunas veces tengo el loco pensamiento de entrar a la casa esperar hasta las seis de la tarde y adentrarme al cuarto prohibido, pero sinceramente me da mucho miedo.




viernes, 25 de enero de 2013

Hombre de mal


Dentro de una estancia se encontraba un grupo selecto de personas, la mayoría estaba reunida en pequeños grupos.

Los que estaban cerca de la barra del bar veían muy animados las carreras de caballos en sus ¡pads y hacían apuestas entre sí. Un grupo de mujeres “tomaba” el té en una de las mesas que se encontraban en el centro del lugar, no paraban de twittearse entre ellas mediante el celular, tan entretenidas estaban que nunca se percataron que el té tenía tiempo de haberse enfriado.

Los que estaban sentados en los sillones cerca de las mesas, checaban facebook en sus laptops, comentaban sus estados, sin percatarse de lo que sucedía a su alrededor, y los hombres que se encontraban cerca de la chimenea se comunicaban entre sí vía whatsapp sin necesidad de cruzar palabras personalmente.

De repente una de las mujeres, dejo de mover rápidamente sus dedos y alzo su mirada apartándola del celular, su rostro mostraba indignación, las otras mujeres la imitaron con cierta duda, tomo la pequeña campana que se encontraba cerca de las galletas y la toco repetidas veces hasta que el mesero llegara hasta ella:
- ¿Si madame, en que puedo ayudarla?-, pregunto el mesero mientras hacia una pequeña reverencia.
- ¿Podría decirle al hombre que se encuentra cerca la ventana que deje de hacer tanto ruido, que me molesta?
- La verdad si es muy molesto el ruido que hace-, exclamo otra de las mujeres
- A mí me parece una total falta de respeto ¿Cómo permiten que esa clase de personas entren a estos lugares?-, dijo otra mujer

El mesero abandono al grupo de mujeres y se dirigió hacia el hombre que estaba cerca de la ventana:
- Buenas tardes caballero le pido de favor que deje de estar haciendo eso, está molestando a las damas de la mesa del centro.

El hombre volteo a ver al grupo de mujeres, estas lo miraban con desprecio y asco.
- No comprendo, no estoy haciendo nada malo-, respondió el hombre confundido
- Está pensando y eso está prohibido en este lugar, le agradecería que tomara sus cosas y se retirara de aquí.

Todas las miradas estaban puestas en el hombre, se comenzaron a escuchar murmullos:
- Qué asco
- No entiendo porque aun existe gente así
- Que neandertal , seguir usando eso

El hombre tomo el separador de la mesita de café y lo coloco entre las hojas que leía de su libro, después lo guardo en su mariconera y se dispuso a retirarse, mientras caminaba hacia la salida, el hombre pudo sentir el desprecio de toda esa gente y con la cabeza cabizbaja y una inmensa tristeza se retiro del lugar.